Cuando pensamos en la infancia, imaginamos risas cantarinas, juegos, aventuras, imaginación, hermanos felices. Yo creo que la infancia es la prolongación de los esfuerzos del ser humano por salir definitivamente del útero. Son años y años de terminar de desembarcar en la vida. La mayor parte de las veces, sin entender nada de lo que los adultos hacen y dicen.
En ocasiones la infancia es tan solo un tiempo equivocado para la anticipación de las desgracias adultas: cuando hay que pasar sed en un campo de refugiados, cuando explotan bombas en la calle de al lado, cuando se te va el padre o la madre, cuando te pegan y te insultan por ser un inmigrante, cuando te dan una paliza para colgarla en el youtube, cuando matan a tus cachorros, cuando un depravado señor hijo de puta te pone la mano encima.
Todo esto también es infancia. A veces es necesario pensar en ello.
Menos mal que la fortaleza de los niños y niñas es grande, igual que en las crías de los animales, su instinto de supervivencia es muy acusado.
Menos mal que su imaginación suple la ridícula realidad que los adultos les damos.
Menos mal que en la infancia uno sigue siendo capaz de trepar hasta la luna para conseguir lo que sueña.
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Durante estos días (hasta el 20 de enero de 2008) se celebra en Madrid el XXXI (léase trigesimo primer) Salón del Libro Infantil y Juvenil bajo el lema Infancia: todas las infancias. Esta es la ilustración que hice para la exposición que puede verse en Casa de Vacas, en el Retiro.
3 comentarios:
Mira que te quedo requetebonita!! :D
"Menos mal que en la infancia uno sigue siendo capaz de trepar hasta la luna para conseguir lo que sueña". ¿Sólo en la infancia? Yo sigo trepando cada día, buscando una realidad mejor.
Que recuerdos en la infancia, gracias por recordarla. Saludos.
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