Una viñeta más
Acabo de entregar la nueva viñeta de Margaritífera, así que pongo aquí la del número anterior. Margaritífera, la pequeña "ostra" del río Ebro, sigue con sus andanzas en la revista Natural, esta vez para reclamar que la incluyan como ganadera oficial, con sus cuadras de caballitos de mar. El artículo que ilustré hacía referencia a una serie de medidas agroganaderas que se apoyan por su contribución a la mejora del medio ambiente, como criar caballos y asnos en lugar de vacas, ya que están ramoneando continuamente de una manera que protege el sotobosque de los incendios forestales, y además pueden estar mucho más tiempo en el campo sin tantos cuidados ni mantenimiento. Bueno, pues yo propongo que se introduzca el caballito de mar -ese simpático animalito que siempre me ha recordado a un minúsculo dragón acuático- en el río Ebro, puestos a hacer cosas sorprendentes de cara al 2008...
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El duende que se escondió en una chapa
Ya me lo habían dicho. Pero ayer la ví con mis propios ojos. Estaba camuflada en medio de otras 100 o 200 como ella. El cierzo, aunque suave, agitaba la sábana de la que colgaba, apenas protegida tras uno de los arcos del Paseo Independencia. Era tan pequeña, tan difícil de distinguir entre la multitud...
Mientras la miraba, recordé cuándo dibujaba su rostro. De eso hacía ya más de un decenio. Retraté la cara de un duende de los Pirineos, tocado con una especie de goina imaginaria terminada en punta y adornada por un sonoro cascabillo. El dibujo ilustra la contracubierta de mi libro "Breve Inventario de Seres Mitológicos, Fantásticos y Misteriosos de Aragón" que editó Prames en 1999 y reeditó en el 2002.
Pero ahora, el duende ha hecho de las suyas. Esta ilustración ha aparecido impresa en una chapa en uno de los puestos de venta callejera que jalonan las calles de Zaragoza y no sé si de algún otro sitio. Sin que su creador, o sea, yo mismo, tuviera ni arte, ni parte, ni, por supuesto, ningún beneficio. Nadie me preguntó si me importaba que la cara del duende pirenaico fuera a imprimirse en una chapa, alcanzando la categoría de icono, como un menudo Che de nuestras montañas ibéricogalas. Alguien, no lo califiquemos de pirata, posiblemente sea sólo un infeliz pícaro sacacuartos, pensó que ese dibujo colgado de internet en una página con licencia de Creative Commons que permite el uso personal y no lucrativo de las imágenes, citando el nombre del autor, o sea yo, sin que haya ninguna transformación, y contando con el consentimiento expreso del autor, o sea yo, ese dibujo, digo, le iba a servir para ganarse cuatro perras sin compartirlas con el dibujante que puso el esfuerzo, el tiempo, el arte, la creatividad, la imaginación, la ilusión, y que lo concibió para formar parte de una obra más extensa.
Si me hubieran pedido permiso para hacer chapas con la cara de mi duende pirenaico, posiblemente lo hubiera dado y no hubiera pedido a cambio nada más que unas cuantas chapas para mí. Si véis la chapa por ahí, sólo os aviso de que cuando fui a comprarme mi propia chapa con mi dibujo, me pidieron ¡un euro! por ella, lo que, a todas luces, es un robo.
No me quejo de que me robaran la ilustración. Posiblemente el vendedor no se hará rico con la venta de mi chapa, y sólo servirá para complementar alguna economía con dificultades, un fin solidario que -si es así- me enorgullece y alegra. Tampoco me siento excesivamente estafado. Conozco el riesgo de malos usos que supone exponer obra en Internet, y lo asumo a cambio de compartirla con amigos, con gente a la que le guste y que además pueda servirme de promoción. La sensación de descubrir mi dibujo rondando por ahí es parecida a la decepción de un padre que prepara con todo el cariño una comida espléndida para su hijito y, en un descuido, descubre que se la ha zampado el perro del vecino.
Así que, por lo menos, cuento esto aquí para que si hay gente a la que le gustan mis dibujos, sepa que puede conseguir una chapa con uno de ellos (y repito que yo no tengo nada que ver en el negocio). Ahora bien, si os piden un euro, yo regatearía el precio. Normalmente por el eurolo te dan dos o tres chapas. Y ahora que lo pienso, si lo que queréis son impresiones originales del dibujo, con dedicación del autor incluida, pues no tenéis más que decírmelo en un email y lo hablamos ;)
Dibujo por Birmania
Hoy dibujo por Birmania.
Dibujo la última fotografía que me imagino hizo la cámara de mi colega Kenji Nagai antes de morir.
Pinto de color rojo azafrán un trozo bien grande del papel.
Los monjes budistas que salieron a la calle visten de rojo y mueren de rojo.
Por eso la llaman la "revolución azafrán".
Y yo me uno a cualquiera que levante un color, el rojo por ejemplo, frente a la violencia, la injusticia y la opresión.
Hoy lloro por Birmania.
Dibujo la última fotografía que me imagino hizo la cámara de mi colega Kenji Nagai antes de morir.
Pinto de color rojo azafrán un trozo bien grande del papel.
Los monjes budistas que salieron a la calle visten de rojo y mueren de rojo.
Por eso la llaman la "revolución azafrán".
Y yo me uno a cualquiera que levante un color, el rojo por ejemplo, frente a la violencia, la injusticia y la opresión.
Hoy lloro por Birmania.
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