No hablé del programa número 11 de Aragón Misterioso la semana pasada. En él tratábamos de descubrir las Cantamoras de Ejea de los Caballeros, que aún permanecen ocultas bajo las calles de la ciudad, una red de galerías subterráneas que según la leyenda utilizaba la mismísima reina Doña Urraca. Luego subimos hasta el Monte Oturia, en Yebra de Basa (Huesca), siguiendo los pasos de la princesa Orosia y terminamos escuchando el salterio o chicotén y el chiflo de Salvador Cored, de Hato de Foces, y, luego, la gaita de boto, de la que revivimos la leyenda del primer gaitero que explica por qué el boto (la bolsa de aire) se recubre con un vestido de niña.
Pongo aquí el dibujo de una hexafolia de una casa de Santolaria de Galligo que combina la roseta pagana con la cruz cristiana, el caso es asegurar la protección sobrenatural de la casa.
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